Hubo una lluvia que encendió tu nombre
Pero sé que no hay siempres
La tarde remonta sus derrotas
como la despedida de un naufragio
Un agua espera detrás de tu mirada
Rebalo hacia mi sombra
entorno el corazón con un olvido
En la memoria
un eco
se empecina
*
Dibujo una alegría
me canto algún asombro
me cuento una esperanza
A la espera de trenes
que lleven a tu centro
Adentro hacia los nombres-Editorial Penélope- México
sábado, 21 de noviembre de 2009
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qué conmovedora y bellamente expresas que el amor es un centro que nos mueve... gracias por tus poemas, Paulina, siempre... un abrazo!
ResponderEliminarGracias a vos, Magica. Un abrazo
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