De tanta vida moriré una tarde
de tanto haber amado la memoria del siempre
Pude habeme perdido en mi oficio de llantos
en los ojos que llegan que se van que no vuelven
Hoy conjugo la calma
sé sumar la esperanza
restar las amarguras
Voy y vengo a tu pecho con resplandor de días
plumereo las sombras que llegan cabizbajas
Todo en orden ahora
A media voz se me insinúa un pero...
Adentro hacia los nombres- Editorial Penéolpe- México, 1980
jueves, 9 de julio de 2009
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