viernes, 21 de agosto de 2009
Una ciudad en donde el viento- Paulina Movsichoff
Oh, Paraíso
de llagas implacables
Pablo Neruda
Una ciudad en donde el viento
lamió la muerte de las piedras
El aire transitaba su caracol dormido
se refugiaba en el jade de las máscaras
volvía a llamar a los guerreros
para encontrar la clave de la lluvia
No era sólo la sangre
Era la frágil llama
el ancestral dulzor de la mazorca
la flor que convocaba el secreto del canto
Yo caminé los rumbos de la milpa
el fuego verde del maguey
las veredas ardientes custodiadas por Chac
No era sólo la muerte
Eran el mar y sus racimos
flechas de agua que encendían mi cuerpo
y lo dejaban fresco
como una lámpara
Lugar de golondrinas
de la gracia huidiza del venado
Centro Ceremonial en donde las palabras
despertaban callados señoríos
y eran nuevas
y antiguas
Allí pude acunar los nombres dolorosos
y de nuevo fue mía la mañana
Allí toqué la llaga
y sin embargo
pude volver a la sonrisa de unos pies diminutos
trajinando el verano
subiendo por las altas veredas de los sueños
aleteando la infancia como una cascada milagrosa
Adónde se marchó tu estación vagabunda
Qué silencios me toca descirar con tu ausencia
Onírisis- Torres Agüero Editor
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