viernes, 23 de octubre de 2015

MOZART Y MAGDALENA- Paulina Movsichoff

El sol es un machetazo en el sendero
y Magdalena busca la sombra del guayabo
El niño se le prende del pezón
pero ella ni siquiera siente que sus trece años
le viajan furia adentro
pena arriba
como el naufragio de un beso en la inclemencia
De repente una música
se le instala en el pecho como una pajarera
o como un hipocampo enardecido
La ha escuchado temprano por la radio
y nunca oyó hablar de Mozart
Sin embargo ahora ese recuerdo
la baña de frescura como brisa instantánea
y de su seno comienzan a manar mieles recién improvisadas
dulzuras de calesita girando en el otoño
la desnudez de un ángel en la lluvia
Magdalena sube la cuesta de diciembre
con su crío en la espalda
y de pronto se descubre dorada
Una ternura de caléndulas
Le borda un regocijo en la cintura



Confesiones del relámpago

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